La experiencia me ha enseñado que la metodología tradicional, donde se da al paciente un menú cerrado , con las Calorias contadas, no es el método más efectivo y eficaz. Pues no se consigue en la mayoría de los casos empoderar al paciente, de manera que sea capaz de mantener el cambio durante el resto de su vida sin tu apoyo semana tras semana. Generalmente, los pacientes no son capaces de dirigir su alimentación tras el periodo de consulta personalizada.
Bajo mi punto de vista, el objetivo principal cuando se acude al profesional especializado en nutrición y alimentación ya sea para bajar/subir de peso u otro o por otro motivo , no es conseguir ese cambio per se sino mejorar tus hábitos , mediante un aprendizaje personalizado sobre cómo debes comer. No me refiero al hecho de contar Calorias sino al ser conscientes qué alimentos deben formar parte de nuestro día a día y cuáles no. En definitiva, adquirir herramientas y destrezas para ser expertos en nuestra alimentación.
En muchos de los casos, el hilo conductor durante el cambio será disminuir la frecuencia en la que no nos alimentamos de forma saludable y por tanto, aumentar la frecuencia en la que si nos alimentamos de forma saludable. O dicho de otro modo, comamos alimentos saludables la mayor parte del tiempo y que cuando no lo hagamos sea una excepción y no la regla de nuestro día a día.
Este matiz me gustaría recalcarlo, pues hace unos días escuche a Julio Basulto en una entrevista que le hicieron en La 2. Y me hizo reflexionar sobre este tema, quizás deberíamos cambiar este enfoque.
Eso si siendo conscientes cuando no lo hacemos, sin sentirnos culpables ni intentar compensar al día siguiente. Además, si mejoramos nuestros hábitos, indudablemente mejoraremos nuestra salud, ese bien tan intangible cuando la tenemos pero tan apreciada cuando la perdemos.
Debemos ser conscientes de una premisa fundamental, la mejora de hábitos no es un proceso corto y a veces tampoco fácil, pues los cambios no se consiguen de un día para otro. Debemos mentalizarnos que estamos realizando una inversión de futuro, de manera que no nos desmotivemos, si una semana no hemos bajado de peso. Más bien debemos encontrar los cambios positivos que hemos conseguido.
Por tanto, mi manera de trabajar se basa en la filosofía del coaching nutricional, pero te preguntaras qué es eso exactamente. Pues bien, el coaching nutricional es el proceso a través del cual la persona identifica y vence sus obstáculos para alimentarse de forma saludable, pues muchas veces somos nosotros mismos quienes nos saboteamos. En este proceso, el papel del dietista/ dietista-nutricionista(D-N) es asesorar y apoyar al paciente, pues es el experto en salud/nutrición pero el paciente es el experto/a en su vida.
El objetivo que persigue el coaching nutricional es cambiar tu manera de comer y , en definitiva, tu relación con la comida, siendo capaz de mantenerla en el tiempo, adquiriendo un estilo de vida lo más saludable posible.
Por tanto, el paciente se implica en el proceso, colaborando y decidiendo qué y cómo. El dietista/D-N es el encargado de guiar al paciente a través de la escucha activa, promoviendo una exploración creativa, que consiste en determinar objetivos ( a corto, medio y a largo plazo) y realizar reflexiones/preguntas.
Por su parte, el paciente tiene y puede desarrollar recursos internos necesarios para dirigir el cambio que desea.
“Porque alimentarse de forma saludable no puede ser tan complicado si te aportan las herramientas adecuadas.”
«In the middle of winter, I found there was within me an invencible summer» , Albert Camus
Teresa Aliácar, técnico dietista y tecnóloga de alimentos.
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