Hace dos meses , concretamente el 26 de octubre, Carlos Ferrando lanzo un reto en Instagram , denominado #7díassinceros, como poco interesante y al que nos unimos muchos compañeros; dietistas-nutricionistas (D-N) y técnicos Superiores en Dietética (TSD), yo formo parte de este segundo grupo y recalcar que legalmente tenemos las mismas competencias que los D-N aunque nos hagan de menos o nos traten como intrusos del campo de la nutrición. Matizar que no todos los dietistas-nutricionistas nos consideran intrusos y nos valoran igual que al resto de compañeros/as.
Antes de contaros mis conclusiones tras el reto #7diassinceros, que lleve a cabo a medias, no porque me importe que piensen de mi sino , por el tiempo y estrés que me suponía tener que fotografiar todo lo que comía y tengo que reconocer que la mitad de las veces se me olvidaba. Eso si seguí a todos mis compañeros que lo hicieron al 100%, incluyendo a Carlos, si no lo conocíais os invito a seguirlo. Habla sobre alimentación y sobre las situaciones que se encuentra en consulta de una forma muy entretenida y con ese punto cómico-irónico que le caracteriza. Vamos que pasareis un rato muy entretenido a la vez que aprendéis sobre alimentación. Siempre se ha dicho que las cosas con humor siempre pasan mejor.
Como bien digo en el titulo, la imagen que damos en la vida real se magnifica en las redes sociales y tendemos a poner etiquetas sobre lo que allí vemos. Lo realmente preocupante no es este hecho, sino que nos preocupa e influye más de lo que debería. Este no es mi caso o mejor dicho eso intento y a veces me afecta más de lo que quisiera.
Parar un segundo para reflexionar sobre si os preocupa lo que piensan los demás en nuestra vida real y que todo se acentúa en la virtual. El motivo de que se acentué es la facilidad que aporta esconderte detrás de una pantalla y soltar todos tus pensamientos sin filtro alguno, convirtiendonos en el jinete sin cabeza de sleepy hollow. O como dirian los Milenians, convertirnos en un hater en toda regla.
Es fácil criticar porque, a veces, se nos olvida que el mundo virtual no deja de ser lo mismo que el real. Detrás de cada usuario se «esconde» una persona con sentimientos, inseguridades y le afecta las criticas, de la misma manera o incluso más, que cuando se lo decimos face to face (cara a cara). Esto también ocurre porque como decía hace poco en el blog, en el artículo del bulling, hemos perdido un valor importantísimo en una sociedad y es la empatía.
Bueno vamos a hablar del reto en cuestión, que madre mía si me gusta irme por las ramas. El objetivo del reto fue mostrar y desmitificar las etiquetas que se nos ponen a los profesionales de la salud, concretamente D-N y TSD, en relación con nuestra alimentación. Me ha parecido interesante tratar este tema porque justo este mes de noviembre coincidió mi cumpleaños y un nuevo comienzo laboral.
Justamente era tradición llevar algo para el almuerzo y cuál fue la respuesta de la mayoría de mis nuevos compañeros y superiores. Pues que no trajese ni una piña ni un melocotón; fue totalmente comprensible porque como bien decía Carlos antes de empezar el reto es la imagen que damos en redes sociales, pretendemos aportar contenido útil y , en consecuencia, la gente puede pensar que solo comemos así.
Y nada más lejos de la realidad, no siempre comemos «bien» aunque, obviamente dada nuestra formación académica, lo tenemos más fácil para realizar buenas elecciones alimentarias en comparación con el resto de los mortales. Justamente me ha parecido interesante escribir sobre este tema porque no mostré todo lo que comí estos días, y me hubiese encantado aportar más realidad porque tendemos a descontextualizar. A este respecto, Aitor Sánchez, otro gran profesional donde los haya, hablaba de que la gente se piensa que camina mucho más de lo que lo hace, pues, en sus stories en Instagram, siempre sale caminando y me gustaría aclarar que, en general, en nutrición ni en la vida en general 1+1 no siempre es 2.
Me gustaría reflexionar sobre que, ni en la vida real ni en la virtual, vemos el 100% de esa persona, con lo cual no conocemos todas sus circunstancias. Por tanto, no podemos valorar y menos criticar sin tener todos los elementos de la ecuación. Solo vemos lo que esa persona quiere mostrar y tendemos, en general, a mostrar lo bueno y dejar lo malo para nosotros. Y esta genial generar positividad pero a veces la negatividad controlada también es útil , porque quizás, haya una persona al otro lado de la pantalla que necesite sentir que no es la única persona de la faz de la tierra que está pasando por lo mismo que tú.
Finalmente os traigo mis conclusiones finales de este reto pero se pueden extrapolar a cualquier situación cotidiana. Para variar vamos a hacerlo por puntos:
- Esta muy bien comer de una forma saludable pero no olvidemos que debemos tener convicción de esta forma de comer, porque si no disfrutaremos de ello.
- Deberíamos dejar de necesitar la aprobación de los demás sobre lo que comemos y sobre todo lo que hacemos en general.
- Deberíamos quedarnos con las opiniones que nos aporten sean alabanzas o críticas constructivas.
También me gustaría invitaros a leer las conclusiones de Adriana Oroz y de Carlos Ferrando , las comparto al 100% y como las mías han llegado con bastante retraso pues no quería resultar repetitiva.
Y recordar,
Alimentarse de forma saludable no puede ser tan complicado pero sobre todo debemos disfrutar de este estilo de vida. Pues solo entonces seremos capaces de mantenerlo como minimo el 80% del tiempo.
Y como frase final quisiera compartiros la que he decidido que me motive este mes de diciembre:
Puede que no todos los días no sean buenos,
Pero Siempre hay algo bueno todos los días.
Teresa Aliácar Nuviala
Técnico Superior en dietética (TSD), tecnóloga de alimentos
Y posgrado en periodismo y comunicación científica.